He descubierto que existen. De verdad, Nos rodean. No son sólo personajes fantásticos que habitan en el mundo de Harry Potter. Le decía Lupin a Harry: «Los Dementores… disfrutan con la desesperación y la destrucción ajenas, se llevan la paz, la esperanza y la alegría de cuanto los rodea… Si alguien se acerca mucho a un Dementor, este le quitará hasta el último sentimiento positivo y hasta el último recuerdo dichoso».

En la vida real los podemos encontrar en cualquier parte: en el trabajo, entre nuestros amigos, incluso en nuestra familia… Estoy aprendiendo a identificarlos, cada vez lo hago mejor. Algunas de las formas de reconocerlos son:

1) Siempre se quejan; de todo, de cualquier cosa, nada es suficientemente bueno, todo es injusto, ellos siempre son víctimas…

2) Siempre critican, lo que sea y a quien sea, son especialistas en ver el lado malo de todo; en las reuniones, por ejemplo, se lanzan a descuartizar cualquier propuesta de otro, aunque ellos nunca proponen nada, nunca aportan nada, son los reyes de la crítica destructiva.

3) No hablan claro, confunden. Si estás mucho tiempo a su lado dejas de estar seguro de nada, todo es confuso, consiguen enredar los razonamientos para que nadie vea nada claro, llevan las reuniones a puntos muertos de los que no se sabe cómo salir. Cada intervención suya deprime y angustia.

4) Te juzgan. Nunca directamente, nunca claramente, pero a su lado te sientes continuamente en falta, continuamente a punto de errar en algo o directamente errado, te hacen sentir inseguro, culpable, ingenuo o poco importante.

Si te enfrentas directamente a un dementor ganarás, no saben manejarse desde la verdad y la claridad, pero luego intentará vengarse a su estilo, por detrás. Lo mejor es alejarse de ellos lo más posible. A mis hijos siempre les digo que hay dos grandes cualidades para vivir bien: saber elegir a tu gente, y saber alegrarte con las alegrías de los demás. En la vida hay muchas gentes de luz, personas que nos ayudan a sonreír y a cuyo lado es muy fácil ser feliz; no dediquemos ni un minuto a los dementores. No se lo merecen.